ACOSADOR - CAPÍTULO I


Espero que al leer mi relato, muchas mujeres tomen conciencia de que el peligro siempre las puede acechar afuera, en cualquier lugar. La maldad no tiene el rostro de un demonio, puede tener una cara normal, una voz agradable, pero en un instante puede reflejar su verdadero rostro, sus oscuros y profundos ojos, que contienen el odio, la perversidad y la locura.
Relato inspirado en casos de la vida real presentados en el programa "La obsesión" del Canal ID Investigation Discovery. Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.

"Fue a mediados del mes de octubre del año 1996 hace dieciocho años. Por ese entonces tenía veinticinco años, tenía una vida feliz, estaba por terminar mi carrera de derecho; me faltaba un año y estaba muy enamorada de mi novio Ricky, faltaba poco para casarnos; pensábamos irnos a vivir a México, porque él tenía una propuesta de trabajo, era arquitecto. Todo marchaba de maravilla. Por ese entonces vivía en casa de mis padres, éramos dos hermanas, Mayka y yo, Tessa.  Nos llevamos pocos años, por eso siempre hemos sido grandes amigas y confidentes. Intercambiamos la ropa, los zapatos; nunca he tenido una amiga como Mayka. Hoy vivimos más distantes, pero nos escribimos y hablamos. Como dije, mi nombre era Tessa; hoy, me llamo Linda; lo tuve que cambiar por las razones que explicaré a continuación:
Vivía con mis padres, pero rentaba un pequeño piso en una zona residencial para estar cerca de la Universidad. Ese día tenía que presentar un examen; llegué a la universidad, donde me entretuve con dos compañeras, Lili y Magda. Era un día soleado, el Instituto tiene un parque arbolado, hermoso, donde los estudiantes se reúnen para estudiar, o hacer amistad, se pueden hacer largas caminatas en el sendero estrecho y serpenteado que rodea todo el parque. Después de despedirme de las chicas, me fui caminando sola, sin prisa, era temprano aún. Llamé por teléfono a mamá.
-Hola cariño, ¿cuándo vendrás?
-Este fin de semana seguramente. ¿Qué novedades hay? ¿Y papá?
-Bien, siempre pregunta por ti.
-Ok, má, pasaré por casa de Ricky, nos vemos pronto
-Besos querida, te esperamos

Seguí caminando. No sé si alguno de ustedes, ha sentido a veces la sensación de ser observados.  Pues eso es lo que sentí cuando colgué la llamada. Miré hacia atrás, hacia los costados, pero nada... y sin embargo, podía sentir dos ojos como puñales clavados en mí...
Pasó una semana; me olvidé del asunto; tenía un día muy atareado, en la mañana me dedicaría a limpiar los muebles, a ordenar los libros; esa noche quería prepararle una cena especial a Ricky, un pollo con salsa de champignones y un postre helado. Cumplíamos ese día, dos años de noviazgo, así que me levanté con energía para iniciar mis tareas. Abrí el ventanal para que entrara el sol, pero como tengo por costumbre, antes que nada, me doy una ducha; tenía todo el día por delante, me sentía feliz, optimista y agradecida a la vida por tantas cosas buenas. Terminé mi taza de café, y comencé a desvestirme. El agua tibia caía sobre mi piel, mientras me enjabonaba. La delicia sensual de la lluvia acariciaba mis senos, mis piernas...me imaginaba esa noche especial con Ricky. Haríamos el amor, y nos dormiríamos y despertaríamos juntos. mmmm casi no podía esperar. Lo amaba intensamente y era totalmente correspondida.  Oí que sonaba el teléfono en la sala. Cerré la ducha, me puse la toalla y fui con prisa a atender, media mojada todavía.
-¿Aló?
-.................................................
-¿Aló? ¿Quién es?
-...Ajjjjj..... ahhhh
-¡¿Quién es?!
-...Ajjjjj..... ahhhhhh

Un sonido animal fue la única respuesta. No entendí. ¿Quién o qué era eso? Un escalofrío corrió por mis huesos. -Pero no- me dije -debe estar equivocado. Me zambullí en mi cuarto, me puse un short y una blusa; aún esa voz metálica me seguía perturbando. Terminé de limpiar el polvo de las alfombras, dejé la sala como un espejo; después en la cocina procedí a preparar el plato para la cena. Mi celular sonó.

-¿Aló?
-Hola amor, ¿cómo llevas tu día?- Era Ricky
-Hola cielo, bien, te chuparás los dedos con mi comida. Te amo
-Está bien, nena; como a las siete estaré por allá.
-Bien, ¡ah! cariño, ¿tú llamaste hace una hora al teléfono del apartamento?
-mmmm, no; siempre llamo a tu móvil. ¿Por qué?
-No, llamó alguien, creí que podías ser tú. Debió ser número equivocado.
-¿Ocurre algo? Te noto preocupada
-No, no, amor, fue un malentendido

Terminaría de preparar la cena. Eran casi las doce, después revisaría mis apuntes y llamaría a casa de mis padres; me olvidaba algo, elegir mi vestido para la noche; saqué del armario algunos de mis modelos preferidos; y busqué un conjunto de interiores, el más sexy que tenía, uno de encaje negro; me lo probé porque lo estaba estrenando. El sostén levantaba mis senos y dejaba entrever mis pezones; la panty tanga era mínima, y dejaba al aire mis nalgas. Fui al espejo grande la sala para poder mirarme de cuerpo entero. Sonó un ring...
-Hola cariño, si me sigues llamando, no terminaré de...
-Me encantan tus nalgas...ajjjj...ricas...-Otra vez ese sonido metálico murmuró desde el otro lado de la línea.
-¡¿Quién es?! ¡Si es una broma, no me parece gracioso!
-Ese color negro te queda divino...te quisiera c.... perrita sucia...
-¡¡Déjeme en paz!!! -Tiré el teléfono y corrí a mi cuarto. Alguien me estaba espiando... Volví a la sala y cerré las cortinas con violencia. Por entre la tela del cortinado intenté observar hacia afuera. Yo vivía en un quinto piso. Enfrente había un complejo de departamentos viejos. Podía estar en cualquiera de ésos. Esa voz retumbaba en mis oídos, diciéndome esas cosas sucias. Comprendí que eso no era un chiste. Podía estar ante un serio problema. La adrenalina corrió por todo mi cuerpo; me acurruqué en la cama ¿se lo diría o no a Ricky? Quizá no volvería a llamar.
A las siete y media llegó Ricky. Lo abracé fuertemente. No quise arruinar nuestro encuentro, comentándole lo que me había pasado. Me trajo unas flores y me entregó una cajita pequeña, la abrí: un anillo de diamantes. Me lo puso en mi dedo, para sellar nuestro compromiso. La cena estuvo deliciosa, el vino, el postre, hablando de nuestro futuro. Teníamos una vida por delante, con una casa, niños, en fin, lo que toda mujer puede soñar. Nos acomodamos luego en el sofá, nos besamos. Ricky besaba deliciosamente mi cuello, mis orejas; algo intenso nos iba poseyendo; empezó a bajarme las pantys, sus manos jugueteaban dentro de mis piernas. La excitación llegó a su punto culminante; allí mismo, en el sofá, nos desnudamos y nos entregamos al placer. Acabamos allí, sudados y rendidos. Al final, fuimos al baño a ducharnos juntos. Me olvidé de todos mis problemas. Esa noche éramos él y yo. Fumamos luego un cigarrillo recostados en la cama relajados. La oscuridad nos envolvió acariciándonos muy estrechamente, uno junto al otro. No recuerdo otra noche más feliz... 
Lo despedí al día siguiente, prometiéndonos repetir otro momento como ése. Besos y arrumacos. Tenía que ir a la universidad.  -Ring...Ring... ese sonido me devolvió a la realidad. Levanté el aparato y antes de decir algo, alguien habló:
-Vi todas las porquerías que hiciste con tu novio...sucia...zorra...pero como te movías...
-¡Ya le dije que me deje en paz! Sino llamaré a la policía, ¡¿me entendió?! Le respondí furiosa.
-Mala decisión, Tessa...Yo que tú no lo haría (y colgó)

Mi cuerpo era un solo temblor, no podía moverme, ni respirar. El miedo erizó los vellos de mis brazos; un frío helado corrió por mi sangre...sabía mi nombre...pero si las cortinas estuvieron cerradas ¿cómo pudo vernos? Corrí al baño a vomitar, lloré desconsoladamente. ¿Contra qué me estaba enfrentando? Debía hacer algo y rápido. El teléfono sonó nuevamente pero no lo atendí. Tomé mi bolso y mis libros. Dejé mi apartamento para alejarme de esas llamadas, sin saber que el terror recién comenzaba...

Continuará...

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