
Fue un encuentro casual, o providencial
o el azar que los unió viajando en un autobús; sentados en un primer asiento,
al mirarse a los ojos sellaron un pacto de amor, de pasión y de dolor; el era
casado, ella era casada, apenas empezaba el camino y atrás iba cerrándose un
capítulo de sus vidas. Ya nada sería igual para ninguno, hubieran querido que
ese viaje no llegara nunca a destino, riendo, hablando, seduciéndose con las
primeras miradas, con el roce de las manos, cada instante deseaban grabarlo,
para no olvidarse, sabían que algo los había unido para siempre; dos horas que
se hicieron segundos cuando tuvieron que separarse, dos horas que definieron
dos vidas, dos almas, dos que apostaron a quererse, simplemente dos, sus
nombres no importa, un hombre y una mujer por la ruta del sentimiento, de la
aventura de vivir.
Tal vez perdería ella más por ser
mujer, o los dos quien sabe, pero las cartas estaban echadas; cuando se
despidieron se besaron con el alma, no hubo un adiós solo un hasta luego; él la
llamó a la siguiente semana, ninguno quiso echarse atrás, el destino estaba
escrito, la cita, una confitería, ninguno podía esperar, ¿que se dirían?, nada
de eso importaba, solo necesitaban volver a verse, y el después solo el tiempo
hablaría.
Ella caminó hasta el lugar y lo vio
sentado en una mesa, fumando un cigarrillo, esperándola con la misma
impaciencia, la misma ansiedad de reencontrarse; las maripositas de su estómago
comenzaron a revolotear, ya sabía que no podía escapar de él, el amor comenzaba
correr por el torrente de su sangre, serían a partir de ese momento amantes de
un primer asiento, de un dulce y amargo destino, solo era abrir la puerta o
salir corriendo, no pudo resistirse más…entró…
Hablaron largas horas, cada uno contó
su historia, sin dejar de mirarse, por momentos comenzaron a tomarse sus manos,
se acariciaban el rostro, deseaban besarse, acariciarse, la locura comenzaba a
despertar. No sabían que era hora era, solo querían salir de allí , encontrar
un nido donde cobijarse, para dar rienda suelta a ese loco deseo que empezaba a
consumirlos.
Fueron a escuchar música, sentados en
la barra tomando un trago, se murmuraban cosas al oído, dulces, ardientes, esas
cosas de enamorados, de amantes que se estrenan; la noche recién nacía para esa
pasión que quizá no era amor, solo una pasión incontrolable ó quizá lo era
todo; el primer beso dejó una sensación exquisita, ansias de devorarse más, de
enredar sus lenguas, de buscarse con caricias, de excitarse, se besaban
suavemente, y luego con furor, con desespero…no soportaban ese lugar que los
contenía, que los reprimía; su apartamento, el de él, quedaba no muy lejos, en
una calle arbolada, escaparon de allí, subieron y nada los detuvo,
aceleradamente se iban desnudando, dejando sus ropas en el suelo, mientras se
iban explorando con sus dedos de a poco, él la sentó en sus piernas y besarse
era lo más urgente mientras la lengua de ella lamía sus orejas, mordisqueaba su
cuello, y las manos del amante exploraban los senos de su amada. La realidad
desapareció, solo desesperadamente se anhelaban, se entregaban, en la cama, en
el suelo, en cualquier lugar volvían a caer para darse sus cuerpos, el
después…no sabían que pasaría. No era hora de preguntas, solo de tenerse el uno
al otro.
El después sería un amanecer juntos,
desparramados en las sábanas oliendo a sexo, a orgasmos, enlazados uno en el
otro, el después...mejor que no existiera, que no hubiera preguntas, ni
exigencias, ninguno podía hacer promesas, el después sería el fin, el regreso a
la realidad. El viaje debía continuar.
Allí siguieron en el nido tibio
todavía, gastándose con besos y caricias, haciendo el amor, y exhaustos volver
a empezar; querían detener el tiempo, ese tiempo que en pocos minutos se lo
llevaría todo; luego él se perdería en una esquina, y ella continuaría
caminando sin rumbo fijo hacia su rutina que la esperaba. Y las agujas del
reloj corrieron hasta las cuatro de la tarde, no podían eternizarlo más, para
los pasajeros del primer asiento culminó la aventura de su viaje; caminaron de
la mano hasta donde debían separarse, se miraron por última vez, y con los ojos
nublados de tristeza y despedida, en un último beso se dijeron adiós.
Comentarios
REALMENTE ES UNA HERMOSA Y ATRAPANTE HISTORIA DE AMOR.
UN ABRAZO DE GUILLERMO
ESE FINAL ABIERTO DE ESPERANZAS!
-SOS UNA MAESTRA, NENA, ¡FELICITACIONES!-TU AMIGO IRROMPIBLE TE MANDA BESOS-
JOTACET
Sigue escribiendo y dejándote atrapar por las historias que pueblan tu mente.
nU otiseB : Daniela Matos
Ciberamiga, gracias a ti por leerme y compartir, un abrazo
Gloria, mi siempre querida amiga, una alegria inmensa me das al venir a mi rincon, besos
Jotita, maestra nada, si algo se es gracias a vos tambien, soy tu discipula y lo que me falta todavia jajaja, besooos
Dani, espero que este camino dure bastante, la verdad es apasionante crear personajes, situaciones, besitos y gracias por estar siempre
Saludos