Ese
mismo día en la universidad, no podía concentrarme, pensando en que tenía que
regresar a mi piso, sola, me aterrorizaba. Decidí entonces irme a casa de mis
padres ese fin de semana. Hablaría con Mayka, entre las dos buscaríamos
una solución. Al menos descansaría dos días, estaría tranquila. De repente mi
vida y yo misma estábamos fuera de control.
Mamá me
recibió cariñosamente, feliz de verme, aunque le pareció extraño que fuera
para esa fecha. Hogar, dulce hogar. En el cuarto nos encerramos con mi hermana
y le conté…
-No
puede ser hermana ¿estás segura de que no es un pesado de esos o alguien de la
universidad?
-No,
Mayka. Su voz es horrible, no parece de este mundo, es metálica, no sé,
horrible, creo que la disfraza, no parece una voz humana y me dice cosas
sucias, asquerosas.
-¡Tenemos
que denunciarlo a la policía!
-¡Nooo!
Me amenazó que no se me ocurra contarle a nadie, menos a la policía.
-¡Pero
algo tenemos que hacer! Quizá se canse y no te siga llamando
-Sé que
no. Es un maniático sexual. Puedo sentir que me sigue a todas partes.- Luego la
abracé llorando
Más
tarde nos sentamos a almorzar los cuatro, Mamá, Papá, Mayka y yo. Pude
distraerme un poco. Recordamos nuestra niñez, de muchos recuerdos del colegio.
Siempre que vuelvo a casa me siento una niña otra vez. El calor del hogar, el
olor a canela, a eucaliptus, es el olor de mi niñez, la sala con paredes de madera, ese estilo acogedor que nuestra madre pone en todas las cosas y la voz
grave de papá, fumando su pipa en la mesa del comedor. Me hubiera quedado allí
muchos días más, pero no podía, debía regresar. Mientras mirábamos fotos
familiares antiguas, el teléfono sonó, atendió nuestra madre.
-Tessa,
es para ti
-¿Quién
es? -Me
pareció raro. Nadie sabía que había salido de viaje.
-No sé, querida.
Algo me
estremeció. No, no
podía ser….. atendí….
-No
podrás escapar de mí Tessa, nunca… jajajajajaja!!!
Colgué
violentamente. -¿Quién era
hija? Me miraron todos
asombrados. No pude ocultarlo más. Rompí en llanto.
Central
de Policía.
-Describa
más o menos cómo es su voz.
-Ya se
lo dije oficial, es indescriptible. Suena metálica, no parece una voz humana.
Sabe mi teléfono, sabe el teléfono de mis padres. Creo que sabe todo sobre mí.
-Hasta
ahora no hemos podido averiguar mucho. Trate de ignorar sus llamadas. Trate de
no quedarse sola.
-¿Es
decir que no van a hacer nada más? ¿Tendrá que matarme para que lo detengan?
-Ese es
el problema, el individuo no ha hecho contacto personal. Lo que podemos hacer
es intervenir su teléfono y rastrear las llamadas.
Algo es
algo me dije. Salimos con mi hermana mientras íbamos en el auto lloré de
impotencia, de rabia, Nada se podía hacer que pudiera detener a ese maldito
acosador. Decidimos que Mayka se mudaría un tiempo conmigo, hasta que se
resolviera todo. El celular sonó. Seguro que era Ricky.
-….¡¡¡Perra
maldita!!! ¡¿Que te dije el otro día?! ¡Que no fueras a la policía! ¡¡¡ATENTE A
LAS CONSECUENCIAS!!!
-¡¡¡Nooo!!!
¡¡¡Espere!!!
Desde
esa vez el teléfono de mi apartamento no volvió a sonar. Unicamente entraban
sus llamadas a mi celular. Preferí no decir más a la policía. Mi vida estaba
totalmente en manos de ese desquiciado. Sus llamadas eran siempre con palabras
soeces, amenazantes, le gustaba excitarse, y lo oía masturbarse. Era una pesadilla
que no iba a tener fin.
Transcurrió
un año, me sumí en una fuerte depresión, no comía, no salía a ninguna parte.
Tuve que dejar mis estudios. Conseguí trabajo en un buffette de abogados. Nunca
quise mencionar mi situación. Pero hasta allí me persiguió el psicópata. Todo
lo sabía de mí, se había convertido en mi sombra, era como tenerlo pegado a mis
espaldas. Una tarde llegué al apartamento y vibró el celular…
-Hola
monada…te extraño, no se te ocurra huir de mí. Esta noche quiero que hagas algo
por mí.
-¡¿Qué
quieres, cerdo?!
-No me
trates mal, nena. Ya sabes de lo que soy capaz. O a ese noviecito tuyo le
puede ir muy mal…Yo soy tu amo ahora… ¿entendiste?
-Está
bien, qué quieres que haga
-Así
está mejor. Quiero que vayas a tu cuarto y te pongas lo que hay arriba de tu
cama.
Esa
orden me perturbó. Me pregunté ¿Y
cómo sabe lo que hay arriba de mi cama? Me
negué a creer lo que pensaba… El había entrado a mi habitación. Entró con
llave. Tenía la llave de mi apartamento. Sobre la cama había sólo una panty
blanca transparente. Temblando obedecí lo que me pidió. Sabía que veía cada uno
de mis movimientos, Hasta cuando dormía. Debía hacerlo para no enfurecerlo más.
Tenía miedo por mi familia, por mis amigas, ¿de qué sería capaz ese loco del
demonio? Me puse la panty, y quedé solamente vestida así. Otra vez el ring del
teléfono.
-…así…así…
muñeca… con tus senos al aire… quiero que te masturbes para mí…ahora…
-No…No…¡¡Nooo!!!
-Hazlo…¡¡¡AHORAAAAA!!!
Hice lo
que me pidió. Sólo pensaba en Ricky haciéndome el amor. Cerré mis ojos e
introduje mi mano dentro de mi panty… llorando…gimiendo mientras oía el sonido
repulsivo de su voz excitado, jadeando; lo odié, me odié a mí misma, odié estar
viva. Cuando terminé un grito furioso salió de mi garganta
-¡¡¡Te odio maldito!!! ¡¡¡Te odioooo!!!
-¡¡¡Te odio maldito!!! ¡¡¡Te odioooo!!!
-Tú eres
mía!!! ¡¡¡SOLO MÍA!!! ¡¡¡No dejaré que nadie más se acerque a ti!!!
Continuará...
Continuará...
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